lunes, 3 de octubre de 2011

Comunicación espontánea en el trastorno del espectro autista: Una revisión de las topografías y las intervenciones.

En una reciente revisión de Duffy, C. & Healy, O., de la National University of Ireland, titulada “Spontaneous communicationin autism spectrum disorder: A review of topographies and interventions” publicada en Research inAutism Spectrum Disorders 5 (2011) 977–983, se analiza la información científica disponible sobre la comunicación espontánea en niños autistas. La comunicación espontánea se define como comportamientos comunicativos que se producen en ausencia de indicaciones, instrucciones u otras señales verbales. Usando este concepto, Reichle & Sigafoos, en “Establishing spontaneity and generalisation. In J. Reichle, J. York, & J. Sigafoos (Eds.), Implementing augmentative and alternative, 1991”, afirman que a los autistas le falta espontaneidad en sus interacciones, ya que se ha observado que se basan en indicaciones. En términos similares se manifiesta Chiang en “Differences between spontaneous and elicited expressive communication in children with autism. Research in Autism Spectrum Disorders, 3, 2009”. La comunicación espontánea, permite a los individuos comunicar sus necesidades y deseos, aprender más sobre el mundo, interactuar con sus compañeros y familiares, y en general lograr el control sobre su entorno (Chiang, H., & Carter, M., 2008, “Spontaneity of communication in individuals with autism” Journal of Autism and Developmental Disorders, 38, 693–705). Las iniciaciones espontáneas, por lo tanto son necesarias para que las personas con TEA sean juzgadas como socialmente competentes en intercambios comunicativos (Wetherby, A. M., & Prutting, C., 1984 “Profiles of communicative and cognitive-social abilities in autistic children” Journal of Speech and Hearing Research, 27, 364–377).
Existen numerosos artículos científicos publicados sobre las distintas intervenciones para aumentar la comunicación espontánea de los individuos diagnosticados con TEA. Sin embargo, muchos autistas pueden no desarrollar el habla y el lenguaje (Lord, C., & McGee, J. P. (Eds.). (2001). Educating children with autism. Washington: National Academy Press). En estos casos se utilizan diversas estrategias aumentativas y alternativas para facilitar las conductas comunicativas espontáneas y topográficas.
Desde la perspectiva del análisis de la conducta, comprender que factores subyacen bajo el déficit en la comunicación espontánea es esencial. Así debemos de tener en cuenta la habilidad para atender conjuntamente, la sobreselectividad de los estímulos, la motivación, la reducción de la capacidad de observación y las habilidades de imitación; ya que cada uno de ellos juega un papel fundamental en el desarrollo del lenguaje, de la comunicación y de la interacción social. No existe ningún tipo de intervención que sea efectiva para provocar la espontaneidad en todos los niños. Así, parece que lo único cierto es que la intervención debe comenzar lo antes posible y que debe ser intensiva. Ambos factores son los únicos que correlacionan positivamente en todos los casos (Gerenser, J. (2009). Language disorders in children with autism. In R. G. Schwartz (Ed.), Handbook of child language disorders (pp. 67–89). NY: Psychology Press). Hay que señalar que los programas de tratamiento a menudo subestiman la cantidad de tiempo requerido para desarrollar los comportamientos sociales de comunicación a un nivel socialmente aceptable. El tratamiento debe continuar durante un período prolongado de tiempo y requiere de experiencia profesional (Fujiki, M., & Brinton, B. (2009). Pragmatics and social communication in child language disorders. In R. G. Schwartz (Ed.), Handbook of child language disorders (pp.406–423). NY: Psychology Press). Las estrategias de comunicación aumentativa y alternativa son un tipo de intervención con notable éxito para muchos de los niños con TEA que no han desarrollado el lenguaje. Estas estrategias se pueden utilizar tanto para complementar el habla existente como para ser el principal o único medio de comunicación expresiva. Dentro de estas estrategias podemos señalar: lenguaje de signos, comunicación total (signos+habla), PECS y VOCAs. Quizás de todas ellas la de resultados más prometedores sea el PECS, si bien se debe escoger las estrategias en función de las características del niño. Como conclusión se señala que los terapeutas tienen una serie importantes de tratamientos con apoyo empírico a su disposición, y debe ser las dificultades y los puntos fuertes del niño, en definitiva su perfil, el que debe guiar la selección de estas estrategias de intervención para mejorar los repertorios de comunicación espontánea de los individuos con autismo (Gerenser, 2009, citado anteriormente).

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